Por: Ana Pereyra
Paterson, NJ.-Cuando tomé la decisión de renunciar a la Secretaría General del Colegio Dominicano de Periodistas, seccional New York, muchas voces salieron como fantasmas con acusaciones falsas, donde hasta de robo me acusaron, entre otras “delicadeces”.
No sé qué podría robarle yo o cualquiera a una institución que no tiene ni una “mota”, al contrario, son ellos los que me deben a mí, sin contar el tiempo que invertí, ya que hasta para la juramentación tuve que poner de mi dinero, sin que hasta el momento lo hayan reembolsado.
Al acecho, como hacen los cobardes, las ratas en los famosos chats de las redes sociales, decían todo sobre mí. Que si invité a Ramfis Domínguez Trujillo a la juramentación; qué de los talleres que organicé, que usaba sus “ganancias” para pagar mi programa de televisión y otras sandeces.
Y yo me pregunto, quién es más honorable, el señor Ramfis, que es acusado por los crímenes de su abuelo, o un tipo que vive aquí y está nombrado en otro país?
No sólo invité a Ramfis, también a los del PRD, PRM, Alianza País, la Marcha Verde y del PLD. Vuelvo y pregunto, dónde está el delito?
No les bastó humillarme y vejarme en privado, también lo hicieron por las redes sociales y yo tranquila, enfocada en mí programa, pero todo tiene un límite y como el Señor Jesús, al llegar al templo y encontrarlo en la condición que lo encontró, hice lo que cualquiera a quien acusen de robo debía hacer: Defenderme y pedir las pruebas.
Qué tarde me di cuenta que el CDP/NY es un nido de serpientes. Claro, hay excepciones, pocas, pero las hay. Personas que después de regar su veneno se “vuelven” salvadora de la causa, cuando lo único que hice fue defenderme de las acusaciones que me hicieron.
No tengo complejo de Dios, y eso de poner la otra mejilla tampoco va conmigo, simplemente respondí a miles de insultos, acusaciones e indirectas por la red. Cuando estuve en el programa de televisión que ocasionó el detonante, solo fui a defenderme y exigir que presentaran las pruebas sobre mis acusaciones ante un tribunal.
Luego de ahí, los pasquines, caricaturas e insultos aumentaron, me convirtieron en villana, tal vez esos que alzaron su voz no estuvieron en mis zapatos, a ellos les digo, a mí me ofende el que puede, no el que quiere. Oh! me olvidaba, las caricaturas están bien graciosas, pero debieron depilarme las piernas, soy lampiña.
Ahora soy mala y seguiré siéndolo, porque mis defensas las hice públicas, no me escondí bajo seudónimos, ni en chat, ni le pedí a nadie escribir por mis calumnias y excrementos.
Me defendí como pude, ahora los reto a que presenten ante los tribunales las acusaciones de malversación de fondos y será delante de un juez que sabremos el que miente o no.
Ahora han salido paladines de la justicia al foro y sin escuchar las dos campanas, me juzgan. Y ser ladrón, cuando no se es, no es una infamia, cada cual se defiende como puede y utiliza las armas que posee.
Ahora no entiendo cuál es el problema. Les dejé su colegio, sigan en él esperando la próxima víctima, haciendo lo que saben hacer, empañar reputaciones. Ustedes son reincidentes, solo hay que buscar el historial del CDP/NY y encontrarán la lista. Pero alguien tenía que decir basta! Lo dije sin tener que buscar a terceros que escriban para defenderme, con la notable diferencia, que mientras me insultan, esta ‘Diva’ (como dicen ustedes) sin mancillar, sin ofender, sin vejar y solo diciendo la verdad, me defiendo solita. Si acaso creen en Dios, él nos ha puesto a cada uno en el lugar que merecemos.
Dice mi vecina, que al árbol que da fruto, es al que se le tira piedras. Con las que me lanzan construiré un castillo lleno de flores, sin espinas, para seguir cabalgando hasta llegar a la cima de la montaña y cuando llegue el final de los días, alguien escribirá: “Aquí yace una guerrera, sin tacha y muy laboriosa, que llegó donde quiso”.