Por: Miguel A Gonell, Jr
Paterson, NJ.-En defensa de la democracia, el equilibrio de la política y la Patria, sobre el bienestar de todos los dominicanos, debo levantar mi voz de aliento ante los acontecimientos verbales que se han desatado en los diferentes medios de comunicación y la diversidad de las redes sociales; muchos de los cuales quiere descalabrar los fundamentos y valores levantados por los más grandes y gloriosos fundadores de nuestra Nación y Padres la Patria, distintivos de la dominicanidad.
Al preferir hablar de la grandeza en conjunto de nuestros hombres más valiosos, Duarte, Sánchez, Mella y Luperón, es sentirnos distinguidos de ser parte de esta tierra, la cual defendieron con honor, decoro y dignidad; por lo tanto, no es hacer una comparación que resulte ser fácil enarbolar, cual nuestra insignia tricolor.
Después de hacer un análisis profundo, objetivo e imparcial, sólo para el bien de los nuestros, sin inclinar la balanza hacia ninguna de las dos corrientes dentro de un mismo partido, después de tantas horas de razonamiento y meditación sobre los resultados de las encuestas que expresan el sentir de nuestro pueblo y las constantes acciones que buscan el bienestar del país; he llegado a lo siguiente:
En mi turno neutral y pasando ambos lados a los tres períodos de gobierno, matizados por el tiempo de bonanzas por el costo del petróleo, la gasolina sobre valorada y las facilidades del Comandante Chávez; las ayudas internacionales y el resultado de la venta de las empresas estatales CORDE junto a toda una lluvia de préstamos que han sido aprobados para los propósitos de los gobernantes en su turno, se puede vislumbrar el contenido de las condiciones que han permeado nuestra Nación.
El Líder Leonel Fernández, con su estilo envolvente cual el léxico del Dr. Joaquín Balaguer, no pudo conseguir hacer del país un New York chiquito, en contraparte el Poder Ejecutivo con el manejo del Presidente Danilo Medina, su gran aporte a la agricultura y los campesinos, su trato sencillo, como algo también heredado del Dr. Balaguer, de trabajador incansable en esa parte; ahora tienen algo en común del Máster de la política dominicana Profesor Juan Bosch, que es definirse sobre el nombre y el partido.
Los detalles están a la orden del día, sobre el bien y sobre el mal de estos dos pilares de la política en la República Dominicana. En una acción definitiva, en mi largo análisis yo les doy 50 y 50 a ambos lados, por lo tanto, yo recomiendo al Comité Político y Comité Central que diluciden sus diferencias en una especie de referéndum a nivel nacional, pues en definitiva el pueblo tiene la última palabra.
Técnicamente entiendo que hay un empate de ambos lados, es decir, para un buen jugador de gallos, la pelea está un 50/50 y aquí lo que procede es un referéndum. Debemos entender, aunque para nadie es un secreto, que los máximos líderes y principales activos peledeístas son Leonel y Danilo; por lo que para un buen entendedor, la jugada está pareja y tal como decían en mi campo cuando algo se estaba por estropear: “aquí se pueden perder el caldo y los huevos”.
Al parecer se le tiene miedo a un referéndum, pero lo más correcto y lo que procede en estos casos de empate es un proceso de esta naturaleza y si en realidad se quiere el bien de la Nación o se está obrando a favor de la Patria, asuman este reto por el bien del Partido y por la tranquilidad, la paz y el sosiego del País, que nos enorgullece haber heredado de nuestros Padres fundadores y hombres luchadores por el bienestar de la dominicanidad.
Que viva la Patria primero, después la política. Un referéndum por y para el bien del País.