Por: José Delance
Paterson, NJ.-Se perfilaba como una de las favoritas, pero aunque no se tenía muy clara la decisión que se tomaría al respecto, debido a que se esperaba que el puesto fuera ocupado por un descendiente Latino; este sábado el presidente Donald Trump decidió por la elección de su candidata favorita para la Corte Suprema, la cual ha sido directamente por la jueza Amy Coney Barrett. La misma ocupará el puesto que ocupaba la jueza Ruth Bader Ginsburg, fallecida recientemente.
Es importante destacar que la jueza Barrett se convierte en el miembro más joven la Corte Suprema, ya que cuenta con apenas 48 años de edad al momento recibir su nombramiento vitalicio. En la bancada judicial es además la quinta mujer. Barrett nació y se crió en Nueva Orleans y es la mayor de siete hermanos.
Sus estudios de leyes los realizó en la Universidad de Notre Dame y se graduó primero en su clase de Notre Dame Law en 1997. Luego se desempeñó como profesora visitante en la Facultad de Derecho de la Universidad George Washington y actualmente tiene siete hijos con su esposo Jesse, a quien conoció en la facultad de derecho de Notre Dame. Dos de sus hijos fueron adoptados en Haití. Su hijo menor tiene síndrome de Down.
El esposo de Barrett, Jesse, quien anteriormente trabajó como fiscal federal, quien ahora trabaja en la práctica privada, y ella debatieron durante años si uno de los padres debería quedarse en casa para criar a los niños, y ella describió «el examen de conciencia y la ansiedad sobre el equilibrio entre los niños y el trabajo».
Debemos señalar en este caso en particular, acorde las informaciones, que la tía de Jesse ha ayudado a cuidar a los niños durante años y Jesse asumió más funciones en la casa cuando Barrett se convirtió en juez, ahora entendemos que sus ocupaciones son mayores ya que deberá asumir nuevas acciones para el cuidado de la familia.
Como aspecto primordial, su fe católica se ha convertido en un punto de discordia en el plano político y ha sido considerado como un punto vital al momento de su designación, pues el hecho de ser devota de la fe católica, Barrett se ha sido el objetivo de los demócratas, incluso antes de que su nombre sobresaliera como uno de los favoritos para suceder a la fallecida jueza Ginsburg.
Debemos recordar, que en diciembre de 2017, cuando Barrett fue nombrada miembro del Tribunal de Apelaciones del Séptimo Circuito, tuvo que afirmar en numerosas ocasiones que su fe no influiría en su jurisprudencia. “¿Por qué tantos de nosotros en este lado tenemos este sentimiento tan incómodo de que el dogma y la ley son dos cosas diferentes, y creo que sea lo que sea una religión, tiene su propio dogma? La ley es totalmente diferente?”, dijo a Barrett la senadora Dianne Feinstein, miembro de alto rango del Comité Judicial del Senado.
La senadora le dijo a Barrett las razones por las que ella era una candidata de índole controvertida. “porque tienes una larga historia de creer que tus creencias religiosas deben prevalecer sobre la ley. Eres controvertida porque muchas de nosotras que hemos vivido nuestras vidas como mujeres realmente reconocemos el valor de finalmente poder controlar nuestros sistemas reproductivos”, le externó Feinstein.
A menudo, suele decirse que la filosofía judicial de Barrett se compara con la de Antonin Scalia, su antiguo jefe y que su erudición se centra en el originalismo. Ella ha hablado y escrito elogios de la atención de Scalia al texto de los estatutos. Sus vínculos con Scalia, junto con su fe católica, han provocado la ira de los defensores del derecho al aborto. Scalia criticó los fallos de la Corte Suprema sobre el aborto. Barrett ha afirmado que ella “no tendría oportunidad” de revocar fallos anteriores. “Nunca es apropiado que un juez imponga las convicciones personales de ese juez, ya sea que surjan de la fe o de cualquier otro lugar, en la ley”, ha dicho Barrett.
Luego de desempeñarse como profesora visitante en la Facultad de Derecho de la Universidad George Washington antes de regresar a su alma mater en 2002, ha enseñado derecho constitucional, procedimiento civil, pruebas, tribunales federales, seminario de teoría constitucional y seminario de interpretación legal. Continúa impartiendo seminarios como jueza en funciones.
Su trabajo académico se centra en el derecho constitucional, el originalismo, la interpretación de las leyes y el stare decisis. En Notre Dame, Barrett ha sido nombrada “Profesora Distinguida del Año” durante tres ocasiones.
Haciendo énfasis en que Barrett es la representante más joven la Corte Suprema, se debe a que los jueces Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh tienen 50 años. Sonia Sotomayor, John Roberts y Elena Kagan tienen más de 60 años. Además, los jueces Samuel Alito y Clarence Thomas tienen 70 años y Stephen Breyer cuenta con 82 años.